Migrantes de todo el mundo han pedido asilo, según Comisión de Ayuda a Refugiados.
En los primeros 8 meses de 2019, no menos de 48 mil 254 migrantes de países de todo el mundo han solicitado refugio en México, según registros de la Comisión Mexicana de Ayuda a Refugiados (Comar).
Tan solo en agosto, el Gobierno mexicano admitió a trámite 8 mil 178 solicitantes, la segunda cifra más alta en lo que va del presente período, tras los 8 mil 613 que se registraron en julio.
El acumulado de enero a agosto de este año es 3.3 veces mayor al del cierre de agosto del año pasado, cuando la Comar registró 14 mil 562 solicitantes con condición de refugiados.
En cifras totales se aceptaron 23 mil 64 solicitudes de ciudadanos de Honduras, 6 mil 671 de El Salvador, 5 mil 371 de Cuba, 4 mil 882 de Venezuela, 2 mil 876 de Haití, 2 mil 361 de Guatemala, mil 722 de Nicaragua, 336 de Colombia, 290 de Brasil, 189 de Chile y 492 de otros países.
El titular de la Comar, Andrés Ramírez, apuntó en un mensajes en Twitter que la mitad de los solicitantes de refugio provienen de Honduras, con el 48.8 %, mientras que el 13.8 % son de El Salvador, el 11.13 % de Cuba, y de Guatemala solo el 4.9 %.
El 60.7 % de las solicitudes de refugio se recibieron en la delegación de la Comar de Tapachula, en el estado de Chiapas.
Sobre los migrantes extracontinentales que solicitaron condición de refugiado en México, 131 son de países africanos: 46 de Uganda, 31 de Camerún, 30 de Ghana y 24 de Angola, de acuerdo con lo indicado.
Otros 36 solicitantes provienen de 13 naciones de Europa y el número mayor corresponde a la Federación Rusa, con 22. En tanto, de Asia hay 55 solicitantes de 14 estados, la mayoría de Sri Lanka y de la India, que suman 13 entre ambos.
Más movimiento
La migración aumentó en México desde octubre de 2018, cuando caravanas con miles de migrantes, en su mayoría centroamericanos, comenzaron a ingresar con el objetivo de cruzar el país para llegar a Estados Unidos.
A inicios de junio de este año, Estados Unidos y México hicieron un acuerdo migratorio que evitó que el primer país impusiera aranceles a todos los productos provenientes del segundo.
A raíz de ello, México envió a las fronteras norte y sur a efectivos de la Guardia Nacional, un nuevo cuerpo de seguridad impulsado por el presidente Andrés Manuel López Obrador, y se contrató a más personal migratorio.