El belga Philippe Gilbert (Deceuninck Quick Step), un clásico entre los clásicos, dejó su sello en Bilbao con una victoria en solitario en la duodécima etapa, que salió de Los Arcos (Circuito de Navarra) y llegó a la capital de Bizkaia al cubrir 171.4 kilómetros, en la que el esloveno Primoz Roglic (Jumbo Visma) mantuvo el suéter rojo de líder.
Gilbert, de 37 años, es un maestro en clásicas, y de ese modo resolvió su sexto triunfo en La Vuelta. Un ataque contundente en las rampas del Alto de Arraiz, a 7 kilómetros de la meta, fue suficiente. Abrió un pequeño espacio y aguantó hasta cruzar la meta señalando con los dedos el número 10, que son las victorias que lleva en las grandes (6 Vuelta, 3 Giro y 1 Tour).
Marcó en meta un tiempo de 3h:48:18, dejando con la miel en los labios, a 2 segundos, al dúo español compuesto por el guipuzcoano Alex Aranburu (Caja Rural Seguros RGA) y el aragonés Fernando Barceló (Euskadi Murias), impotentes.
Poco a poco fueron pasando por la meta en la Gran Vía de Bilbao los componentes del grupo de escapados del día, mientras que el grupo de favoritos cerraba el día previo a Los Machucos a 3:02 minutos. No hubo batalla en las tachuelas del final de etapa. EFE