Latinoamérica apunta a la explotación de minerales codiciados por industrias, entre ellas la tecnológica y la aeroespacial, como el litio y el niobio, aunque aún debe hacer frente a desafíos históricos: la minería ilegal, la gestión sostenible de los recursos o el reparto equitativo de la riqueza, entre otros.
La historia de Latinoamérica y el Caribe está intrínsecamente ligada a la industria minera y, particularmente, a la exportación de materias primas, uno de los pilares de la economía colonial y moderna.
La región es una de las principales reservas mineras del mundo, con una participación destacada en minerales metálicos como el litio (61 %), cobre (39 %), níquel (32 %) y la plata (32 %).
Solo Brasil posee cerca del 90 % de las reservas mundiales de niobio, que se utiliza para hacer el acero más fuerte y ligero, mientras que Chile y Argentina son dos de los principales depósitos globales de litio. Chile es un país con raíces mineras, y, de hecho, allí se extrae 1 de cada 4 toneladas de cobre. Bogotá, EFE