Lejos de los retratos cubistas que de ella dejó Pablo Picasso y de su reputación de musa, Dora Maar destacó por sí misma como figura prominente del surrealismo, con una desconocida obra que el Centro Pompidou de París recupera en una retrospectiva.
La exposición que abre hoy conforma el retrato exhaustivo de una mujer moderna, independiente y comprometida, que marcó a aquellos que se cruzaron en su camino. Dividida en seis grandes partes, la colección presenta cerca de 400 obras y se adentra en su producción fotográfica y en su obra pictórica.
Esta muestra se inicia con sus piezas en la publicidad y en la moda, en la que trabajó con Elsa Schiaparelli, Jeanne Lanvin y Coco Chanel. Vinieron después los años de compromiso político, en los que recorrió las calles de París, Londres y Barcelona, donde retrató sus encuentros con los personajes más extravagantes, y muy a menudo también mendigos, clases obreras y
discapacitados.
Su relación con Picasso la impulsó a recuperar la pintura, que se convertiría en adelante en foco de sus indagaciones, como atestiguan sus primeras naturalezas muertas, ligeramente cubistas, expuestas en la exhibición. “Intentamos mostrar una Dora Maar compleja, polifacética, que está muy alejada de la musa y la mujer que llora reflejada por Picasso para mostrar a una mujer artista”, apunta Damarice Amao, una de las comisarias del
catálogo. • EFE