El futbol español sufrió ayer otro sobresalto en forma de operación policial con la detención de futbolistas en activo y retirados en distintas ciudades por su presunta implicación en un nuevo caso de amaños y con el partido Huesca-Nastic, de la temporada pasada, en el centro de la diana.
Una denuncia de la Liga española, presentada en mayo de 2018, 2 días después de la disputa de ese encuentro (0-1), fue el detonante de la denominada Operación Oikos, que fue en busca de 11 caputras, además de registros en varias instalaciones, como la realizada en la sede de la Sociedad Deportiva Huesca.
Según las pesquisas, la trama seleccionaba los encuentros, captaba a futbolistas y les pagaba en metálico por adelantado para que se dejaran ganar.
De este modo, podían hacer apuestas combinadas entre el resultado final y resultado de la primera parte; resultado final y número de tiros de esquina, por ejemplo, y se aseguraban las ganancias en las apuestas deportivas.
Entre los detenidos figuran jugadores retirados como Raúl Bravo, Carlos Aranda y Borja Fernández, además de Íñigo López y Agustín Lasaosa, entre otros. EFE