Habilidad, velocidad y
espectáculo: es la oferta para el Mundial Femenino en Francia.
Las hay que no se conforman con ver un partido por televisión o seguir a su equipo desde la grada, sino que lo practican como aficionadas o profesionales. Mujeres que manejan el esférico con asombrosa destreza, arbitran o entrenan. ¿Quién dijo que el futbol es solo cosa de hombres? El Mundial que se disputará en Francia entre junio y julio demuestra el auge del futbol femenino.
No hay cromos de futbolistas femeninas ni salen habitualmente en los medios de comunicación. Apenas asoman, y todo por el único hecho de nacer mujer. Profesionalidad no les falta y sus méritos les avalan, pero las mujeres aún tienen que solventar miles de barreras para conseguir la ansiada igualdad de sexos.
Aunque los tiempos cambian, ser mujer futbolista es ser cuestionada en muchos momentos, es vivir la discriminación laboral en primera persona y recibir insultos de quienes las infravaloran.
La figura femenina en el deporte en general sigue reclamando su presencia y reivindicando la igualdad; si además hablamos de futbol la diferencia aún parece mayor. Las competiciones femeninas no cuentan con la misma relevancia aunque demuestren su valentía, y sus contratos nada tienen que ver con lo de los hombres.
Faltan divisiones femeninas y, en algunos lugares, las mujeres no tienen siquiera acceso a una cobertura médica, ni los salarios dan para vivir de ello.
La importancia de la visibilidad
Cristina Fernández Ponce es directora deportiva de la Escuela de Futbol Femenino de Alcobendas, una barriada de la capital de España. Pero pese a ello no considera estar en el mundo futbolístico de manera profesional, ya que no puede vivir de su pasión.
“Dirijo un club y estoy con ello las 24 horas del día. Es muy complicado vivir del deporte femenino en general y más, si es un deporte considerado de hombres”.
Su equipo de mujeres se pone las botas de futbol, se ajusta los calcetines y salen al campo a darlo todo. No hay diferencia alguna con los varones. Han tenido que superar las mismas exigencias que ellos y demuestran que el futbol no entiende de sexos ni de edades.
La FIFA apuesta por el futbol femenino y quiere ofrecer más oportunidades a entrenadoras, jugadoras, árbitras y dirigentes. Para ello pretende fomentar la igualdad de sexos y que las mujeres asuman cada vez más responsabilidades, pero los hechos demuestran que aún queda mucho trabajo.
La práctica de un deporte que muchos creen privilegio exclusivo del sexo masculino, demuestra que las mujeres pueden ser iguales o mejores que los hombres, prueba de ello son sus éxitos.
Son pocas, pero cada vez son más y son imparables. Lo que antes era impensable, hoy cada vez es un hecho más habitual, solo queda que toda la sociedad sepa entenderlo y apreciarlo.
