Si los romanos tenían razón y en el vino está la verdad (in vino veritas), las mujeres de Wine Country encuentran tanto alegrías como sinsabores de mediana edad nadando en sus copas, una mezcla de emociones que Amy Poehler, en su notable debut como directora, confía en transmitir al público.
“Idealmente, me gustaría verla como el tipo de película con que la gente ríe y llora, y no solo porque estén bebiendo vino mientras la ven”, ironizó Amy Poehler, una de las reinas de la comedia estadounidense actual, en una entrevista telefónica .
“Quería no solo contar una historia real que tenga profundidad y enseñe que las cosas pueden ser importantes y divertidas y significar algo, sino que también quería permitir que las mujeres en la película se muestren a sí mismas porque no siempre tienen la oportunidad de hacerlo”, añadió.
Parks and Recreation y Saturday Night Live, además de sus tres recordados Golden Globe como presentadora junto a Tina Fey, convirtieron a Poehler (Burlington, EE.UU., 1971) en una referencia ineludible de la comedia más audaz e ingeniosa.
Pero ahora se anima, además de como actriz ante las cámaras, con la dirección de la mano Wine Country, película que estrena Netflix este viernes.
Aprovechando que una amiga cumple 50 años, un grupo de mujeres organiza un viaje a Napa, una famosa zona de viñedos en el norte de California, para unas vacaciones en las que habrá momentos divertidos y de locura, pero también revelaciones inesperadas, secretos ocultos y miedos que salen a la luz.
Liderando un reparto muy femenino, Poehler reclutó para Wine Country a Tina Fey, Maya Rudolph, Rachel Dratch, Ana Gasteyer, Paula Pell y Emily Spivey. “Fue fantástico. Cada director quiere conseguir el mejor elenco que puede. Y ser capaz de trabajar con estas leyendas… Sentí que empezamos el partido ganando antes de comenzar”, dijo Poehler.
“Son increíblemente buenas en su trabajo. Las quiero como amigas y sé el tipo de personas que son, pero como profesionales saben cómo llegar, ser divertidas, ser dulces, ser complicadas… Soy su fan tanto como su amiga”, añadió.
Entrelazando las dinámicas del road trip (viaje en carretera) y del paso a la madurez, Poehler aseguró que en este tipo de vacaciones, “cuando tienes solo unos pocos días junto a tus amigos y estás escapando de tu vida”, te metes de lleno a disfrutar, pero también a dejar que broten tus sentimientos.
Y en este caso se trata de las inseguridades, la soledad o las esperanzas de mujeres de entre 40 y 50 años, un sector de la población al que Hollywood no ha prestado demasiada atención tradicionalmente. “Tienen hijos adolescentes, tienen padres ancianos, a veces sus trabajos son más atareados que nunca. Hay mucho que explorar ahí”, reflexionó.
Productora de series como Broad City y Russian Doll, progresista y muy activa voz en el feminismo, Poehler se ha esforzado a lo largo de su carrera por aumentar la presencia de las mujeres en la industria audiovisual.
“Creo que Wine Country es una película feminista. Creo que cuando describes mujeres reales en sus vidas reales ofreces un terreno para otras experiencias. Que haya mujeres en la pantalla y detrás de las cámaras es simplemente bueno para todos”, consideró.
Por otro lado, y a diferencia de rodajes que acaban siendo tormentosas experiencias que destrozan los nervios de todo el equipo, Poehler admitió que no pudo elegir un sitio más apacible y fabuloso para su ópera prima que los viñedos de Napa. “Es agresivamente hermoso”, bromeó.
“Lo que pensamos que sería divertido es tener este increíble paisaje y que las mujeres a menudo olvidaran dónde están. Así, tienes esas conversaciones sobre sus preocupaciones, sobre los asuntos con los que lidian, los secretos que ocultan de las otras enfrente de este precioso paisaje”, explicó.
“Y es así siempre. Sin importar dónde vayas, siempre llevas tus problemas contigo”, agregó.
Finalmente, Poehler se refirió a la chispa especial que surge cuando comparte escenas con Tina Fey y Maya Rudolph, una química natural forjada durante años y que volvió a brillar hace poco durante un espléndido segmento de los últimos Óscar.
“Maya, Tina y yo estuvimos juntas en la trinchera de Saturday Night Live, así que trabajamos juntas en un ambiente de mucho estrés”, afirmó sobre una experiencia que las acostumbró a rodar “muy rápido”. “Tenemos un trastorno por estrés postraumático, pero positivo y cómico”, aseguró entre risas.
*EFE