El obispo auxiliar de la Arquidiócesis de Managua, Nicaragua, Silvio Báez, partió ayer hacia el Vaticano para cumplir con el llamado del papa Francisco, a quien, aseveró, dará su versión sobre la peor crisis sociopolítica del país centroamericano en décadas.
“Llevo a mi pueblo en el corazón, me duele irme, pero como hombre de iglesia y como hombre de fe quiero seguir los caminos de Dios, por medio de la mediación del papa Francisco”, declaró Báez en el Aeropuerto Augusto C. Sandino.
Báez afirmó que expondrá al Papa su punto de vista sobre la crisis que ha dejado cientos de muertos y decenas de miles de exiliados.
“Las veces que sea necesario que el papa Francisco me pida hablar con él, le daré mi visión de la realidad nacional, de la manera más objetiva posible”, dijo el religioso.
El traslado hacia el Vaticano de Báez, quien recientemente confirmó que fue objeto de un plan para asesinarlo, ha sido interpretado por la oposición como un “exilio forzado”. Managua , EFE