El estadounidense Tiger Woods cerró ayer una jornada histórica, al firmar una cuarta tarjeta con 69 golpes (tres bajo par), para un total de 274 (-13), que le han permitido hacerse con el Masters de Augusta y, con ello, vestir la que es su quinta chaqueta verde.
A sus 43 años, 14 después de dominar en Augusta por cuarta vez, Tiger ha vuelto a deleitar a todos, a jugar como lo hizo en los años que era el número 1 mundial. Con un resultado final de 13 bajo el par, Woods ha prevalecido sobre sus compatriotas Dustin Johnson (-12), Xander Schauffele (-12) y Brooks Koepka (-12) para hacerse con su décimo quinto grande.
Lo hizo en una jornada que inició a 2 golpes, del entonces líder, el italiano Francesco Molinari, en la que alternó 6 birdies y 2 boggies, y deleitando al numeroso público presente en el Augusta. No es de extrañar que luego de embocar el último putt alzara los brazos al cielo y lanzara un grito liberador.
Se hizo con su quinta chaqueta verde. Es, además, su decimoquinto grande, pues tiene en su haber 3 Abiertos de los Estados Unidos (2000, 2002, 2008), 3 Abiertos Británicos (2000, 2005, 2006) y 4 títulos de la PGA (1999, 2000, 2006, 2007).