Prevenir una misteriosa enfermedad renal crónica no tradicional, que ataca particularmente a trabajadores agrícolas, se constituye en un reto para Centroamérica.
La identificación de casos tempranos, brindar un tratamiento para retrasar la progresión de la enfermedad, identificar pacientes que necesitan terapia, y mejores normativas de protección laboral, son algunas de las urgencias.
En ese sentido, especialistas en materia de salud del sector público, privado y la academia, entre otros, se reunieron en Costa Rica para tratar el asunto.
Dicho mal, que significa que los riñones están dañados y no pueden filtrar la sangre como deberían, está ligado a trastornos metabólicos, como hipertensión, obesidad o diabetes.
Una investigación de la Universidad de Texas, EE. UU., indica que la prevalencia de la dolencia es más alta en personas que usan fármacos. En segundo lugar está el factor del trabajo exigente.
El uso de fármacos asociados al mal es de un 94.2 % en Guatemala, 85.6 % en Panamá, 80 % en El Salvador, 79.9 % en Nicaragua, 69.7 % en Honduras y 64.7 en Costa Rica. San José, ACAN-EFE