Primera gran noche de Dembele.
La que tenía que ser la primera gran noche de Ousmane Dembele, marcó un gol, como barcelonista acabó con una nueva exhibición de Leo Messi, que tuvo suficiente con media hora para dinamitar el partido, intervenir en el 2-1 (de Luis Suárez) y marcar el 3-1 frente al Leganés.
Messi vio los primeros 66 minutos del partido desde el banquillo. En la grada, la mirada impaciente de un espectador, que con una gran foto del astro argentino y la frase: “Viajé 5 mil millas para ver esta leyenda”, no podía creer su mala suerte.
Pero todo cambió, salió Leo y el Barsa remontó frente a un combativo Leganés que le puso las cosas muy difíciles a los catalanes. Hasta entonces, Dembele había sido el protagonista del partido. El francés, con Messi en el banquillo, se echó el equipo a la espalda y desde el primer minuto se sintió poderoso. Desde la banda derecha fue la punta de lanza del ataque de los barcelonistas, en un partido en el que, por una vez y acosado por el duro calendario, Ernesto Valverde, decidió imponer rotaciones y el Camp Nou y el futbol de su equipo se lo agradeció, al menos en el primer tiempo.