Atraviesan mares en embarcaciones precarias, recorren miles de kilómetros sometidos a un tiempo inclemente, intentan saltar vallas fronterizas, se hacinan en tiendas de campaña lejos de su tierra… Son refugiados, desplazados, migrantes que huyen de la violencia y el hambre para intentar un presente y un futuro mejores.
“Con 68 millones de personas que abandonan su país y su hogar, se necesita más asilo, más solidaridad”, dijo el responsable de la oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR), Filippo Grandi, en el marco del Día Internacional de las Migraciones, celebrado ayer.
De seguir esta tendencia en sentido contrario hacia un estrechamiento de las normas de asilo, “corremos el riesgo de no encontrar soluciones al fenómeno”, agregó Grandi.
Es el éxodo de millones de personas, que este año también se ha repetido en diferentes países, algunos ya en situación acuciante, según organismos internacionales.
En América Latina la situación es especialmente compleja en el caso de Venezuela, donde, según datos de la Organización Internacional de las Migraciones y de ACNUR, casi 2.5 millones de personas han dejado su país en los últimos 4 años.
Y desde octubre, miles de centroamericanos atraviesan su región y México, con la intención de llegar a la frontera con Estados Unidos y ubicarse en este país, ante el rechazo del gobierno de Donald Trump.
En Afganistán, unos 3.6 millones de personas están al borde de la hambruna, una situación que no es únicamente consecuencia del conflicto armado que sufre el país, sino de la peor sequía que se ha visto en más de una generación.
“No solo estamos ante una situación de pobreza abyecta y de conflicto, sino también frente a una gran sequía”, dijo a finales de noviembre el coordinador de la ONU para la asistencia humanitaria a Afganistán, Toby Lanzer.
En Etiopía, la violencia étnica ha causado el desplazamiento de personas hasta los campos de la región somalí, desde julio, lo que sitúa el número de desplazados en esta zona en 1.1 millones, según registros del Consejo Noruego de Refugiados.