Un conjunto completo de la serie Los disparates, formado por 18 grabados realizados por el genio aragonés Francisco de Goya, entre 1815 y 1819, se subastó hoy en la casa británica Bonhams, en Londres, Gran Bretaña, por US $44 mil 100 (Q341 mil 334). Entre las obras que se pusieron a la venta también figuraban dos grabados pertenecientes al conjunto Los desastres de la guerra que, finalmente, no tuvieron comprador.
La serie de Goya es de la primera edición, publicada por la Real Academia de Nobles Artes de San Fernando (Madrid), en 1864, bajo el título Los proverbios. Al poco tiempo, se hizo evidente que las escenas misteriosas representadas por el artista en este conjunto no ilustraban proverbios en absoluto y recibieron la designación de Los disparates, según explicó la casa de subastas en una nota de prensa.
Esta creación del pintor se realizó en un contexto político y personal muy particular, pues el creador ya no estaba a favor de la corte para la que había trabajado durante años, y el nuevo rey Fernando VII prefería al pintor Vicente López (1772-1850). Por esta razón, el genio se alejó, artísticamente hablando, de las demandas de la corte española para centrarse en su mundo interno, aunque siendo plenamente consciente de la situación política y los acontecimientos que le rodeaban.
Los horrores que presenció el autor durante la Guerra de la Independencia española (1808-1814) permitieron que su imaginación se desarrollara en una obra “increíblemente moderna para su época”, recalcó la nota. En Los disparates, el artista se centra menos en las líneas y en la perfección del dibujo y da importancia a los volúmenes, los efectos y el expresionismo de sus personajes.
El resultado es la creación de una atmósfera a la vez misteriosa, aterradora, fantástica, inexplicable y luminosa, que permite contemplar las obras desde el espectro de la sátira, de las costumbres populares o, incluso, de las supersticiones.
Francisco José de Goya y Lucientes (1746-1828) fue uno de los mejores artistas españoles de la época romántica, precisa la casa de subastas. Nombrado como pintor de la corte por Carlos IV, en 1789, disfrutó de una exitosa carrera como retratista y fue conocido por su negativa a adular a sus sujetos con semejanzas idealizadas. A principios de la década de 1790, se quedó sordo de un oído y su salud fue empeorando con el paso de los años, lo que repercutió directamente en su trabajo, que se volvió cada vez más oscuro.
*EFE