Los países de Iberoamérica han vuelto su mirada hacia China en busca de recursos, especialmente para el financiamiento de los temas de desarrollo sostenible, y se están alejando de socios más tradicionales, como Estados Unidos y la Unión Europea.
Este asunto podría consolidarse durante la Cumbre Iberoamericana de Jefes de Estado, esta semana en Antigua Guatemala, Sacatepéquez, Guatemala, que incluye en su agenda la financiación para el desarrollo sostenible, una necesidad que ha hecho a la región volver su mirada hacia la nación asiática.
“Una Iberoamérica próspera, inclusiva y sostenible” es el lema de la cita que abordará las dispares dificultades de la región para enfrentar sus necesidades financieras de desarrollo, pese a que Latinoamérica tiene la mayor proporción de países de ingresos medios del mundo, indica la nota conceptual de la Cumbre.
La reunión de Antigua Guatemala, que contará con representantes de 22 países, será una oportunidad para que los socios iberoamericanos profundicen en sus alianzas con Europa, por medio de España y Portugal, en un momento en que Estados Unidos y su presidente Donald Trump se obstinan en centrarse en el proteccionismo y en separarse de los vecinos del sur.
Pekín y la región
El interés de Pekín por la región quedó subrayado la semana pasada por el presidente de China, Xi Jinping, cuando subrayó que la apertura de su país hacia el exterior es imparable, y afirmó su disposición de adquirir productos del resto del mundo.
El gigante asiático, que se ha convertido en el segundo socio comercial de Latinoamérica, ha encontrado en las mayores economías latinoamericanas, como Brasil, Argentina, México, Chile y Perú, un mercado importante para abastecerse.
Recientemente, estos países han visto que China les facilitaba acceso a una financiación para desarrollar, por ejemplo, sus infraestructuras, que los mercados tradicionales, como los europeos y estadounidenses, les negaban, inmersos en sus propias crisis.