La suerte le vuelve a sonreír al serbio Novak Djokovic, autor de una increíble segunda parte de temporada que se prolonga en el Masters 1,000 de París, al que regresó 3 años después el suizo Roger Federer, el hombre más aplaudido por el público francés.
La ovación de los aficionados que abarrotaron en un día festivo el pabellón del barrio de Bercy encubrió que el helvético no tuvo que emplearse a fondo para ganar por 6-4 y 6-3 al italiano Fabio Fognini, fallón y desconcentrado como siempre.
Seguro de ser número uno del mundo el lunes, Djokovic no parece dispuesto a bajar el pistón que le ha llevado a perder solo un partido desde su triunfo en Wimbledon.
Su rival de ayer, el bosnio Damir Dzumhur, duró set y medio antes de que los problemas de espalda le invitaran a abandonar cuando perdía 6-2 y 2-0. París, EFE