El café en nuestro país tiene una historia que data del siglo XVIII, cuando algunos monjes llegados de Europa llevaron, hasta la ciudad de Santiago de los Caballeros de Guatemala, algunas plantas de café para adornar los corredores y patios de sus conventos.
En ese tiempo, Europa demandaba productos para su industria textil, principalmente tintes especiales como el extraído de la cochinilla, con el que se lograba el tan ansiado color rojo en muchas de sus tonalidades, y lo mismo sucedía con el añil, responsable de los tonos azules y base del indeleble azul maya.
En el año 1800, una plaga de langostas arrasó con las plantaciones de añil, lo que afectó seriamente la economía del país. Además, los colorantes químicos suplantaron a los de origen natural que llegaban desde este continente y eran la base de las economías regionales. Debido a ello, el Gobierno de ese entonces buscó otro cultivo que reemplazara a esta planta tintorera.
A mediados del siglo XIX, el Gobierno incentivó el cultivo del café, que logró la primera exportación hacia Europa en 1865, con 383 sacos de 60 kilogramos cada uno, y un año después ya se había logrado triplicar esa cantidad, lo cual estimuló a los caficultores, tanto que en 1888 el café guatemalteco logró el primer premio de calidad en la Feria Internacional de París, de acuerdo con los archivos de la Asociación Nacional del Café (Anacafé).
Actualmente, el Ministerio de Agricultura reporta en sus registros a 144 mil productores de café, y a unas 450 mil familias que dependen de este cultivo. Por ello, el gobierno del presidente Jimmy Morales brinda apoyo a esta industria, que pasa por una crisis causada por factores como la sequía, la plaga de la roya y la caída de precios en el mercado internacional. El fideicomiso para la caficultura, que creó el Gobierno en 2001, ha sido activado y se busca que este instrumento financiero quede ampliado hasta 2051, con el propósito de apuntalar la economía de los caficultores ampliando el plazo de crédito.
Con el apoyo del Gobierno, los productores de café tienen más posibilidades para continuar produciendo el mejor café, pese a los fenómenos naturales como sequías y plagas, y a los factores externos como el comportamiento del mercado de este aromático que seduce al mundo entero.