El senador John McCain y el cantante Prince son algunos de los difuntos homenajeados este año en Fort Lauderdale, Florida, Estados Unidos, donde ha arraigado la tradición del Día de los Muertos, y miles de personas desfilan disfrazadas de esqueletos y calaveras cada 2 de noviembre.
Este año se espera que más de 10 mil personas se unan a un programa que ha hecho de dicha localidad uno de los principales destinos en EE. UU. para los amantes de la celebración del Día de los Muertos.
El plato fuerte del festival popular, fundado hace 9 años por el maestro titiritero Jim Hammomd junto a un grupo de artistas locales, es la Procesión de esqueletos, encabezada por 50 marionetas gigantes y amenizada por mariachis por el corazón de la ciudad.
Pero el programa de la actividad, que tiene como lema En memoria de los muertos, fiesta para los vivos, ofrece mucho más, desde danza y bailes folclóricos mexicanos y de otros países latinoamericanos, hasta comida, artesanía y conciertos de música.
Según Hammomd, la misión de los organizadores es “producir un acto para todas las edades que mantenga y respete las tradiciones del Día de los Muertos”. Y la tradición manda que los difuntos tengan sus “ofrendas”, agrega el maestro.
Entre los altares levantados este año por artistas locales, en uno de los edificios de la Sociedad Histórica de Fort Lauderdale, destaca el del senador McCain, fallecido en septiembre pasado, y el del multifacético cantante pop Prince, quien dejó de existir en 2016.
Esta última ofrenda es monocromática, y el color escogido es el púrpura, identidad de Prince.
La inevitable calavera lleva boina de ese color y se cubre las órbitas con enormes y oscuras gafas de sol, como Prince.
“Héroe de guerra, senador y orgulloso republicano que puso al país antes que al partido”, dice el mensaje de la artista que levantó esta ofrenda a McCain.
Una ofrenda curiosa es la de Costello, que fue el “hijo de cuatro patas” de Hammomd y su esposa hasta su muerte hace unos meses.
