El estallido social que mantiene a Nicaragua hundida en su peor crisis cumplió ayer 6 meses, en medio de un paro de consumo de 3 días, en protesta contra el presidente Daniel Ortega y su esposa, la vicepresidenta Rosario Murillo, por unas fallidas reformas a la seguridad social, las cuales causaron el pedido de renuncia del mandatario.
El paro de consumo, convocado por la Unidad Nacional Azul y Blanco, que inició el miércoles, consiste en no comprar artículos que más generan impuestos al Estado, como combustibles, bebidas alcohólicas y gaseosas, y tabaco, con el objetivo de evitar que el Gobierno utilice los ingresos del presupuesto general para “reprimir al pueblo”.
Medidas
Esta es la reciente de múltiples manifestaciones pacíficas contra Ortega, algunas de las cuales han consistido en marchar por las vías principales y paro nacional de actividades.
Organismos humanitarios afirman que desde el 18 de abril pasado, entre 322 y 512 personas han muerto y 459 han sido capturadas como “presos políticos”.
El Gobierno de Nicaragua ha sido señalado, además de las muertes, de ejecuciones extrajudiciales, torturas, obstrucción a la atención médica, detenciones arbitrarias, secuestros y violencia sexual, entre otras violaciones a los derechos humanos.