Carteles para paliar el cáncer, una cinta VHS gigante de 2001: A Space Odyssey y un puente quemado y semiderruido. No, no es un mundo postapocalíptico, es la exposición Black Mirror, que se inaugura hoy en la Saatchi Gallery en Londres, Inglaterra.
Quizá lo primero en lo que se piense al escuchar Black Mirror sea en la popular serie de Netflix. Sin embargo, esta muestra, en la que se juega con elementos similares, que invitan a discernir el límite entre realidad y ficción, debe su nombre a Coal Mirror, un espejo de tres metros de altura hecho a carbón y firmado por la artista chilena Alejandra Prieto.
A la pieza de la creadora sudamericana se unen las obras de otros 25 artistas que, en no menos de 10 salas, logran dominar el ambiente con diversidad. Se puede disfrutar de pinturas que rozan el surrealismo y abrazan la psicodelia, fotos realistas de una fiesta e incluso esculturas cuyo sentido parece indescifrable. • EFE