El Atlético de Madrid goleó al Huesca en el Wanda Metropolitano, dejando atrás las dudas y reafirmado por un triunfo tan rotundo sobre el terreno de juego, como en el marcador (3-0), solventado en 34 minutos y realzado por una incontestable pegada rumbo al derbi contra el Real Madrid en el Santiago Bernabéu.
La tercera victoria consecutiva del equipo rojiblanco y la segunda seguida en la Liga, el torneo que había despertado las suspicacias en cuanto al ambicioso proyecto de este curso, que aún exige más triunfos, mejores posiciones en la tabla y menos diferencia de puntos respecto al liderato. En ello está el Atlético.
Con el derbi ya a la vista. Quizá por eso, o quizá por la acumulación de partidos de la última semana y media, 4, Simeone ofreció descansos. A Juanfran, Saúl, Rodri y Lucas, que aún así entró en el minuto 40 por el lesionado Giménez. No rotaron ni Diego Costa ni Antoine Griezmann, mientras rebuscan su versión más determinante. En ese proceso no hay un camino mejor, más fiable y más reconfortante para un delantero que los goles; más aún si lo hacen conectados, con Costa como pasador y Griezmann como rematador, en el minuto 16, para encarrilar el partido con un gol que terminó ahí también por Correa, el impulsor de la acción.
Si al Atlético le faltó pegada en su anterior comparecencia en el Metropolitano, el 1-1 contra el Éibar, ayer le sobró. En 34 minutos ya había sentenciado el triunfo, acomodado con un derechazo inalcanzable de Thomas (2-0, min 30) y agrandado, instantes después, con el 3-0 de Koke, que centró a Correa y se encontró con el gol. El 10 no la tocó, pero sí despistó a Werner. El VAR lo concedió.
De sus primeras 5 oportunidades marcó 3, demoledor para su adversario, desbordado en su defensa por el tino rojiblanco con la red. Hace 2 semanas, de la decena de ocasiones que creó contra el Éibar, solo acertó en una, ya en el tiempo añadido.
Dentro de los pronósticos, sí, aunque con el indudable valor que supone desde diversas perspectivas. Por encima de todas, la reafirmación que provocan los triunfos, más aún cuando la necesidad aprieta por un inicio menos productivo del esperado pero, a la vez, porque reencontró el gol en una conexión Griezmann-Costa, porque el francés, Lemar y Correa desbordaron entre líneas, porque Carlos Isaac recorrió un paso más en Primera División y porque hay plantilla y recursos más allá del 11 tipo habitual en el Atlético.