Cuando llegaron los emisarios de Ciudad Real (ahora México) a la Nueva Guatemala de la Asunción, con los documentos en los que se informaba que aquellos territorios del Reino de Guatemala se habían declarado independientes de España, en la reunión de los que ahora conocemos como Próceres de la Independencia se procedió a leer aquellos papeles, lo cual encendió los ánimos para concluir el proceso de emancipación y hacer constar en acta que los ahí reunidos acordaban, en 18 puntos consignados en el documento, cómo sería el nuevo régimen político a partir de la independencia de España.
Literalmente, el acta comienza diciendo: “Siendo públicos e indudables los deseos de independencia del gobierno español que por escrito y de palabra ha manifestado el pueblo de esta capital recibidos por último correo diversos oficios de los ayuntamientos constitucionales de Ciudad Real, Comitán y Tuxtla en que comunican haber proclamado y jurado dicha independencia, y excitan a que se haga lo mismo”.
Luego de este acto del 15 de septiembre de 1821, el 29 de octubre de ese año el emperador mexicano, Agustín de Iturbide, envió la propuesta para que las provincias de Centroamérica se anexaran a su imperio; y el 2 de enero del siguiente año, por voto mayoritario de las provincias centroamericanas (El Salvador y Costa Rica se opusieron), se anexaron al imperio del norte, lo cual duró poco pues, luego de la caída de Iturbide, el 19 de marzo de 1823, las provincias se separan con excepción de Chiapas, que decidió quedar adscrita a México como un estado federado.
Al cumplir 197 años de haber iniciado todo ese proceso de emancipación, los centroamericanos insistimos en que la unión hace la fuerza, y por ello se han concretado instancias como la Secretaría de Integración Económica Centroamericana (SIECA), el Sistema de la Integración Centroamericana (Sica) y el Parlamento Centroamericano (Parlacen), en las cuales se discuten políticas, proyectos, sistemas e iniciativas en las que todos los países aportan experiencia, conocimientos, esfuerzos y fondos con el propósito del bien común de la región.
Un ejemplo de esos esfuerzos es la Unión Aduanera, que se inició con Guatemala y Honduras, que ya establecieron facilidades fronterizas, libertad de traslado de mercaderías y documentación única para los trámites aduaneros, a lo cual se ha unido El Salvador, y se espera la pronta participación de Nicaragua y Costa Rica.
Que la Llama Perpetua de la Libertad llegue a todos los rincones de los cinco países hermanos, donde mujeres y hombres trabajan día a día por una mejor vida en paz.