El inglés Lewis Hamilton (Mercedes) asestó un golpe psicológico al Mundial de Fórmula 1 al ganar ayer el Gran Premio de Italia, en Monza, donde, después de salir tercero, superó a los 2 pilotos de Ferrari, que arrancaron desde la primera fila, y reforzó su liderato con su sexto triunfo del año.
Hamilton aguó la fiesta, ante su entusiasta afición, a los Ferrari, que en Monza juegan en casa y que durante todo el fin de semana apuntaban al doblete, al ganar la decimocuarta carrera del año, en la que su principal rival en el campeonato, el alemán Sebastian Vettel, el capitán de la Scuderia, al igual que él, cuádruple campeón del mundo, acabó cuarto para quedarse a 30 puntos de los 256 con los que lidera el inglés.
Nivel con Schumacher
Lewis ganó por delante de los finlandeses Kimi Raikkonen (Ferrari) y Valtteri Bottas, su compañero en Mercedes, y festejó por quinta vez en Monza, igualando el récord de triunfos en el templo de la velocidad del alemán Michael Schumacher, único séptuple campeón mundial y plusmarquista de victorias (91) en la categoría reina, convaleciente aún del grave accidente de esquí que sufrió a finales de 2013 en Meribel, en los Alpes franceses.
Su victoria supuso también que el español Fernando Alonso, cuyo McLaren dejó de funcionar después de 10 vueltas, sigue siendo el último ganador de Ferrari en la mítica pista que solo dejó de estar presente en el calendario del Mundial en 1980, cuando fue Imola la que albergó el Gran Premio de Italia.
El doble campeón mundial asturiano (2005 y 2006), que no correrá en F1 el año que viene, festejó en 2010 el último triunfo para la Scuderia en Monza, donde ayer su compatriota Carlos Sainz (Renault), que ocupará su hueco el año que viene en McLaren, acabó octavo, por la descalificación del Haas de Romain Grosjean, por irregularidades encontradas en el suelo del monoplaza al final de la carrera.