La agricultura familiar, en la que participan 2.6 millones de pequeños productores de Centroamérica y República Dominicana, es una opción para paliar la pobreza que afecta al 49 por ciento de la población en esta región.
Así lo expresó ayer el representante de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) en Guatemala, Diego Recalde, durante un foro.
Resaltó que estos programas contribuyen a “dinamizar la economía”, y agregó que una de las vías para salir de la pobreza en el Istmo es realizar compras públicas a estos productores de alimentos.
Recalde aseguró que en el caso de Guatemala, de Q1 mil 400 millones (US $185.67 millones) que se destinarán el próximo año a la alimentación escolar, el 50 por ciento se tiene que invertir en la compra en la agricultura familiar.
El coordinador del Programa Diálogo Regional Rural, al que pertenecen los 2.6 millones de pequeños productores, el salvadoreño Abel Lara, dijo que este sector produce el 50 por ciento de los alimentos que se consumen en los países del Sistema de Integración Centroamericana (Sica).
Sostuvo que estos productores han sido capaces de ser sostenibles, pero necesitan políticas públicas para salir adelante.
Roberto Chávez, del Ministerio de Agricultura guatemalteco, dijo que la base del desarrollo es la agricultura familiar y “no solo con donaciones ni entrega de comida.
Guatemala ha dado un primer paso, al aprobar la Ley de Alimentación Escolar, según Recalde.