La libre circulación de bienes, la facilitación del comercio así como la modernización y convergencia normativa son las tres fases de la Unión Aduanera Centroamericana (UACA), marcadas en la hoja de ruta establecida por jefes de Gobierno de los países miembros de la Secretaría de Integración Económica Centroamericana (SIECA) en la llamada Declaración de Placencia (Belice), el 17 de diciembre de 2014, en la que se contemplan tiempos, plazos y responsables de estas fases.
Guatemala y Honduras comenzaron a abrir el camino, y han comprobado que uno de los grandes beneficios de la Unión Aduanera es la reducción de tiempos para pasar por ambos territorios, lo cual reduce costos para exportadores e importadores, que antes se llevaban hasta 24 horas en los trámites y ahora los resuelven en cuestión de 15 minutos.
Viendo dichos resultados, El Salvador se ha unido también a esta iniciativa de integración y, a partir de que la Asamblea Legislativa aprobara su incorporación, a pricipios de este año, se ha dado a la tarea de alcanzar a sus países hermanos en esta iniciativa de comercio.
Para su incorparación, El Salvador debió homologar más de 100 normativas y adecuaciones logísticas para que a mediados de este año estuviera lista su incorporación a la UACA, lo cual ampliará las posibilidades de comercio intra y extrarregional.
Los presidentes de El Salvador, Salvador Sánchez Cerén; de Guatemala, Jimmy Morales, y de Honduras, Juan Orlando Hernández, firmaron ayer la Declaración de Corinto, la que afirma que El Salvador “ha completado los procedimientos correspondientes para adherirse al Protocolo Habilitante para el Proceso de Integración Profunda hacia el Libre Tránsito de Mercancías y Personas Naturales entre las Repúblicas de Guatemala y Honduras”.
La Unión Aduanera de los países del Triángulo Norte tendrá el 48 por ciento del PIB regional y el 69 por ciento de las exportaciones intrarregionales del istmo, en un mercado potencial de casi 32 millones de centroamericanos, posicionando así a la región como la octava economía de América Latina.
Uno de los grandes retos que deberán sortear estos países centroamericanos es implementar, con la ayuda técnica del Sieca, la Factura y Declaración Única Centroamericana (Fyduca), que será el documento común que permitirá alcanzar la Unificación Profunda.