El Gobierno de Estados Unidos volvió a negar su implicación en el supuesto atentado del sábado contra el presidente de Venezuela, Nicolás Manduro, y aseguró que investigará “actividades ilegales” dentro de su territorio, si se aportan “evidencias creíbles”.
Funcionarios del Gobierno bolivariano se reunieron con el encargado de negocios de EE. UU. en el país sudamericano, James Story, para mostrarle “pruebas” que vinculan a un venezolano residente en Florida con el ataque contra Maduro.
El canciller Jorge Arreaza dijo al término del encuentro que entregó a Story “un informe preliminar” que da cuenta de la presunta implicación de Osman Delgado en el ataque con explosivos del cual salió ileso Maduro el sábado.
En declaraciones a Efe, una portavoz del Departamento de Estado reiteró la condena de EE. UU. a esa “violencia política”, cuando se celebraba el 81 aniversario de la Guardia Nacional Bolivariana.
El mandatario venezolano salió ileso, pero hubo siete guardias heridos, con los que el Gobierno estadounidense expresó ayer sus “sentidas condolencias”.
“Estados Unidos investigará actividades ilegales dentro de sus fronteras si se aportan evidencias creíbles”, subrayó la citada fuente.
Drones explosivos
Caracas afirma que el incidente del sábado fue un atentado de “drones con explosivos”, que buscaba asesinar a Maduro, quien apuntó como culpables al ya expresidente de Colombia Juan Manuel Santos y a la ultraderecha. El gobernante aseguró que varios “autores intelectuales” y “financistas” del ataque viven en Florida.
Santos rechazó su implicación, mientras que John Bolton, asesor de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, aseguró que, “inequívocamente”, Estados Unidos no había participado.
Un grupo autodenominado como Soldados de Franela se atribuyó la autoría del ataque; sin embargo, parte de la población venezolana duda sobre la versión oficial.