Las hepatitis causadas por infecciones virales son un problema de salud pública mundial que hasta hace poco se habían pasado por alto como prioridad sanitaria. Los virus de las hepatitis producen inflamación del hígado, que sin atención médica pueden derivar en cirrosis, cáncer del hígado o la muerte. La hepatitis A y E son causadas por ingestión de agua o alimentos contaminados; las hepatitis B, C y D, por trasfusiones de sangre, transmisión de madre a hijo o contacto sexual. Las hepatitis B y C causan el 78 % de cáncer de hígado en todo el mundo y el 57 % de cirrosis hepática. El 28 de julio conmemoramos el Día Mundial contra la Hepatitis, y en la Organización Panamericana de la Salud y la Organización Mundial de la Salud (OPS/OMS) lanzamos el lema Hepatitis: Es hora de diagnosticar, tratar y curar. Estamos seguros de que los objetivos globales de eliminación de la hepatitis se cumplirán si se intensifica el diagnóstico y se da acceso a tratamientos.
El Ministerio de Salud Pública y Asistencia Social (MSPAS) y sus socios hacen esfuerzos para elaborar una estimación de casos de hepatitis B y C, con la creación de un grupo técnico responsable de este tema. El MSPAS, junto al Instituto Guatemalteco de Seguridad Social, la Asociación Guatemalteca del Hígado, la Universidad de San Carlos de Guatemala y la OPS/OMS, busca desarrollar normativas técnicas para la vigilancia epidemiológica, diagnóstico, atención y tratamiento. Asignar recursos para la prevención, diagnóstico y tratamiento temprano reduciría, sin duda, el impacto de la enfermedad en las personas, sus familias y los gastos para el sistema de salud. Estamos convencidos de que con el aumento al acceso de estrategias de prevención, así como el acceso al diagnóstico y tratamiento oportuno de las hepatitis B y C, se pueden salvar muchas vidas.