Si hay un rival a vencer por todos en Barranquilla, es el calor. Este y la alta humedad han sido dos de los desafíos para gran parte de los deportistas, pues las altas temperaturas se han convertido en un contendiente a veces indescifrable, que eleva la dificultad en las competencias.
Las pausas para hidratación se han vuelto frecuentes, especialmente en las pruebas al aire libre.
Chapines sufren
La delegación que más ha sentido la inclemencia del calor ha sido la guatemalteca. Desde su llegada a la ciudad, los deportistas sintieron el choque térmico al ponerse a más de 30 grados centígrados y con una humedad que incluso incomoda a los locales y puede llegar a más del 90 por ciento.
“En Guatemala hace bastante frío, ha estado nublado y lloviendo. (El calor) nos afectó un montón, pero aun así creo que todas dimos todo en la cancha”, expresó la jugadora de hockey Daniela Vásquez.
Al equipo de baloncesto 3×3 también le jugó en contra la temperatura, que elevó la velocidad del juego, la cercanía del público y un escenario al aire libre que desgastó en medio de la vistosidad de este deporte callejero con influencia urbana.
“No recuerdo haber jugado a esta temperatura. Jamás había estado en un lugar con tanto calor. Es muy húmedo”, expresó a EFE la basquetbolista Ileana Cobá, nacida en Quetzaltenango, “el departamento más frío de toda Guatemala”.
Medidas
El fisioterapeuta chapín Josué Paz, que trabaja con los seleccionados de baloncesto y voleibol del país, detalló que al no estar acostumbrados a las altas temperaturas, durante la preparación previa a las justas los deportistas trataban de entrenarse al mediodía para “acercase un poco” a lo que experimentarían en Barranquilla; sin embargo, la medida no ha resultado suficiente.
“Nosotros no estamos acostumbrados a este calor. Es muy intenso. Lo intentamos manejar con crioterapia y mucha hidratación”, sostuvo Paz. EFE