La región suroeste de Estados Unidos sufre desde hace 2 semanas una intensa ola de calor, con temperaturas superiores a los 42 grados, lo que ha incrementado el riesgo de incendios en los estados de California, Arizona y Texas.
En el norte de California, las llamas que arrasan 36 mil hectáreas desde el 23 de junio se han cobrado la vida de 6 personas y han forzado la evacuación de unas 38 mil.
La gravedad de las circunstancias obligó al presidente de EE. UU., Donald Trump, a declarar el estado de emergencia, lo que supone que el Gobierno Federal podrá prestar asistencia adicional.
Por otro lado, un siniestro declarado en el parque estatal Inks Lake, en Austin, Texas, obligó a evacuar a más de 400 personas que se encontraban disfrutando del fin de semana en esa reserva natural.
Los bomberos continúan las labores de extinción, ya que el fuego solo está controlado en un 35 %.
Ante esta situación, 150 hogares han sido desalojados por precaución y unos 800 turistas abandonaron voluntariamente una zona de acampada. EE. UU., EFE