Julian Alaphilippe (Quick Step), celebró en Le Grand-Bornand su primera victoria en el Tour de Francia, un resultado que “no cae del cielo”, sino del trabajo llevado al límite, hasta el sufrimiento, de un exmilitar hiperactivo que ya ha entrado en la elite del pelotón mundial.
Julian, para su padre Juju, dejó la escuela temprano. Se puso a trabajar con contrato de aprendizaje de los 16 a los 18 años vendiendo bicicletas en Montlucon, un empleo que le gustaba porque le permitía hablar de material ciclista con los clientes.
Carrera militar
Se alistó como soldado en el equipo ciclista del ejército con base en Saint-Germain-en-Laye. Se trataba de un trabajo remunerado con casi mil 300 euros (Q11 mil 427) al mes, además de la manutención y el alojamiento, unas condiciones que le parecieron muy ventajosas.
Vestido de militar, representó a Francia en los mundiales junior de ciclocross de 2010, donde obtuvo la medalla de plata. En 2013 se hizo profesional del ciclismo en el Etixx-iHNed, y un año después su confirmación en el Quick-Step.
Alaphilippe es una persona hiperactiva, aunque ese rasgo no resaltó en las comparecencias ante la prensa después de su triunfo en Le Grand-Bornand. En la carretera explotó, fuera de ella se mostró tímido.
Alaphilippe trabaja para canalizar su energía, pero no tiene la menor intención de cambiar. “Soy generoso en el esfuerzo, me gusta lastimarme”.