Los Gobiernos de todo el mundo, con la excepción de EE. UU., se comprometerán a aumentar las vías para la migración regular, a mejorar la protección de los emigrantes durante sus viajes y a su llegada a un nuevo país y a garantizarles servicios básicos.
Esas medidas figuran, junto a muchas otras, en el borrador final del Pacto Mundial para la Migración, que será adoptado hoy en la sede de las Naciones Unidas.
Compromiso
Entre las metas figuran trabajar en el ámbito del desarrollo y la prevención de conflictos, para reducir las situaciones que fuerzan a la gente a dejar su país de origen o la de mejorar las opciones de migración legal.
Pero también hay compromisos mucho más concretos; por ejemplo, tratar de evitar la separación de familias -un tema polémico estos días en EE. UU.-, usar la detención de migrantes únicamente como última opción, u ofrecer servicios básicos a todos, sin importar su estatus migratorio.
Los Estados también asumen mejorar su cooperación a la hora de salvar vidas de migrantes durante sus viajes, con misiones de búsqueda y rescate y asegurando que no se perseguirá legalmente a quien les dé apoyo de carácter “exclusivamente humanitario”.
Además, los Gobiernos prometen garantizar un regreso “seguro y digno” a inmigrantes expulsados, y evitar siempre el retorno forzoso para quienes se enfrentan a un “riesgo real y previsible” de muerte, tortura u otros tratos inhumanos.
Los países de origen, mientras tanto, deberán readmitir siempre a sus nacionales y ofrecerles documentación adecuada para que puedan optar a migrar por canales regulares.