Los equipos de rescate completaron ayer la evacuación, por fases, de 12 niños y su tutor, quienes quedaron atrapados a unos 4 kilómetros de profundidad en la cueva Tham Luang, en el norte de Tailandia, el 23 de junio.
Los últimos en salir han sido el entrenador y uno de los estudiantes, del grupo de cinco que fueron evacuados esta jornada.
El día en que quedaron atrapados decidieron visitar el interior de la caverna tras completar un entrenamiento de futbol, pero una súbita tormenta causó la crecida de las aguas e inundó parte de los túneles en el camino de salida, aislándolos en una cavidad.
Una de las madres dio la voz de alarma al ver que su hijo no regresaba, y los guardabosques del parque nacional donde se encuentra la gruta hallaron las bicicletas de los menores, pero el primer intento de búsqueda quedó abortado debido a las condiciones del tiempo, que impidieron ingresar en la caverna.
Las autoridades desplegaron un millar de militares para las tareas de rastreo, a lo cual se sumaron centenares de voluntarios internacionales, entre ellos un español. Nueve días después de iniciarse la búsqueda, dos buzos británicos localizaron a los chavales en una isleta de terreno elevado, a unos cuatro kilómetros en el interior de la cavidad.
El rescate comenzó el domingo, con 4 de los jóvenes traídos a la superficie. Tailandia, EFE