El suizo Roger Federer cumplió con su misión para clasificar a los cuartos de final de Wimbledon al vencer al francés Adrian Mannarino, por 6-0, 7-5 y 6-4, y acceder a esa ronda por 16 vez en su carrera.
Desde la tercera ronda de final del Abierto de Australia, en 2015, cuando cayó contra el italiano Andreas Seppi, Federer no ha fallado para inscribir su nombre en esa instancia en todos los grandes que ha disputado desde entonces (faltó al US Open de 2016 y Roland Garros en 2016 y 2018).
Será la 53 ocasión en la que el suizo jugará unos cuartos del Grand Slam. Nadie más lo ha hecho tantas veces.
El suizo lleva 32 sets consecutivos ganados en Wimbledon, su segunda mejor marca, a solo 2 de su récord personal, que tiene a tiro para su próximo encuentro, pero lo que más impresiona este año es la fiabilidad de su servicio.
Federer no lo ha cedido ni una sola vez en 4 partidos en esta edición, y lleva 81 juegos de saque ganados de forma consecutiva, una racha que se inició después de ser roto por el checo Tomas Berdych en el octavo juego del primer set en las semifinales del año pasado.
De hecho, no había ofrecido un punto de rotura hasta ayer contra Mannarino, una racha que comenzó desde el cuarto juego del primer set de la final en 2017 contra el croata Marin Cilic.
Mannarino dispuso de 4 puntos de rotura, pero no lo logró. Cayó por quinta vez en sus enfrentamientos y segunda en Wimbledon. Federer apuntilló el partido con su saque directo 12.