Rusia inauguró el Mundial de futbol, el primero que se disputa en Europa del Este, con una breve pero intensa ceremonia presidida por el jefe del Kremlin, Vladímir Putin, que mostró una emoción contenida.
Luzhnikí, un estadio con capacidad para 81 mil espectadores, vistió sus mejores galas para abrir el torneo, que echó a andar con el partido entre el anfitrión, Rusia, y Arabia Saudita.
No estuvo el brasileño Pelé, considerado por muchos aficionados el mejor futbolista de la historia, pero sí el argentino Maradona, un gran admirador del presidente ruso.
La estrella del pop británico Robbie Williams, que en su momento no dudó en ridiculizar el ritmo de vida de los oligarcas rusos en uno de sus temas, fue el encargado de animar la fiesta con canciones como Let me entertain you, Feel o Rock DJ.
Uno de los momentos culminantes fue cuando Williams y la soprano rusa Aida Garufillina interpretaron juntos uno de los mayores éxitos del británico: Angels. Moscú, EFE.