Estados Unidos impuso 12 drásticas condiciones para llegar a un nuevo acuerdo con Irán sobre sus programas nuclear y balístico, y advirtió que, mientras Teherán no se preste a ello, le impondrá unas sanciones “sin precedentes”, destinadas a debilitar el régimen iraní y cambiar su comportamiento.
En su primer discurso sobre política exterior, el nuevo secretario de Estado estadounidense, Mike Pompeo, enumeró una serie de duras exigencias a Teherán, que algunos analistas interpretaron como una señal de que el objetivo real de Washington no es llegar a un nuevo acuerdo, sino presionar por un cambio de régimen en Irán.
“Irán no tendrá nunca más carta blanca para dominar Oriente Medio”, garantizó Pompeo en su discurso en el centro de estudios conservador Heritage Foundation.
Dos semanas después de que el presidente estadounidense, Donald Trump, anunciara la retirada del acuerdo nuclear de 2015, Pompeo aseguró que EE. UU. no está dispuesto a “renegociarlo”.
Un tratado
En su lugar, EE. UU. quiere alcanzar con Irán un “tratado” -ratificado por el Congreso, que no solo aborde el programa nuclear, sino también otros temas difícilmente aceptables para Irán.
En el plano nuclear, Irán “debe declarar completamente al OIEA (Organismo Internacional de la Energía Atómica) las anteriores dimensiones militares de su programa atómico, y abandonar ese trabajo permanentemente y de forma verificable”, dijo Pompeo.