Con aplausos respondió Cannes a Cómprame un revólver, el filme que el cineasta mexicano-guatemalteco Julio Hernández Cordón estrenó en la Quincena de Realizadores, sección paralela e independiente del certamen cinematográfico.
Una carta
En Cómprame un revólver, Julio Hernández Cordón, nacido en Raleigh (EE. UU.) en 1975, muestra en un México atemporal el día a día de un padre drogadicto, que cuida un campo de beisbol usado por narcotraficantes, y de su hija, que con una mirada inocente sobrevive con la torpe protección de este en ese mundo de adultos.
La protagonista está encarnada por Matilde Hernández, hija del director en la vida real, y en la cinta también actúa su hermana mayor, Fabiana. “Les dije que sería una carta a otros niños y personas acerca de lo que se está viviendo en México y de lo que posiblemente se viva de manera más cruenta”, contó Hernández Cordón a la audiencia.
El realizador indicó que “EE. UU. nos tiene inundados de armas y balas por algo que no se consume realmente en México”; y añadió que desea que su película esté accesible, sobre todo para las nuevas generaciones, que son las que pueden decir basta.
Honor
Con esta cinta, que sucede a otras como Gasolina (2008) o Las marimbas del infierno (2010), Hernández Cordón dijo haber querido hacer un “extraño homenaje” a lo que le gustaba de niño, como Las aventuras de Huckleberry Finn y La noche del cazador.
El director consideró un honor haber podido proyectar este séptimo largometraje en la Croisette. “Sobre todo porque me siento colega de la gente que admiro. (…) Cannes es como el corazón del cine durante una semana. Toda la mirada de la cinefilia se centra acá, y saber que por un momento integro esas emociones o sensaciones es un elogio muy grande”, concluyó.
La Quincena
La Quincena, en su voluntad de descubrir filmes de jóvenes autores y de saludar las obras de directores reconocidos, seleccionó este año otros como Pájaros de verano, de Ciro Guerra y Cristina Gallego, o Petra, de Jaime Rosales.