El aumento de las tensiones comerciales, que ha iniciado EE. UU., pueden ralentizar el crecimiento económico global al afectar las inversiones y el consumo en todo el mundo, según se desprende de un artículo del último boletín económico del Banco Central Europeo (BCE), publicado ayer.
El personal del BCE advierte que “una escalada significativa del riesgo de tensiones comerciales puede arruinar la recuperación actual del comercio global y de la actividad económica”.
Si EE. UU. aumenta los aranceles a las importaciones de forma significativa, sería negativo para la economía mundial, pero sobre todo para la economía estadounidense, según el artículo.
Los países con las relaciones comerciales más estrechas con EE. UU. serían los más afectados.
En caso de un aumento generalizado de los aranceles, los precios de importación más elevados podrían incrementar los costes de producción de las empresas y reducir el poder adquisitivo de los hogares.
Las tensiones comerciales pueden incrementar la incertidumbre económica y hacer que las empresas pospongan sus inversiones, y los hogares, el gasto. El apoyo público a la globalización ha disminuido en la última década y las reformas del comercio se han ralentizado, advierte el BCE.
En las últimas semanas ha surgido el riesgo de que aumenten las tensiones comerciales después de que la administración estadounidense anunciara nuevos aranceles, según el artículo, que también recuerda que el período anterior a la crisis se caracterizó por aumento de la liberalización del comercio.
Dimes y diretes
La administración Trump ha establecido excepciones con países como Canadá, México, Brasil y Argentina, y negocia en estos momentos con la Unión Europea (UE).
China ha respondido que aumetará los aranceles a la misma cantidad de importaciones de productos estadounidenses.
El artículo asegura: “Las tarifas anunciadas afectan solo a una pequeña parte del comercio de EE. UU. o del comercio mundial, y su impacto será posiblemente modesto”.