Las paredes del Ritz fueron testigo de cómo Ernest Hemingway pasaba sus noches en el bar o de cómo Marcel Proust escribía su mítica novela En busca del tiempo perdido sentado en unos lujosos sofás. Estos, entre otros miles de objetos, serán vendidos en una subasta histórica del mobiliario del hotel parisino, del 17 al 21 de este mes.
Flashback
“Es un flashback en el tiempo”, explicó François Tajan, presidente delegado de Artcurial, la casa que acogerá la puja, desde en uno de los sofás de la Sala Proust, recreada en la sede de la compañía.
La muestra reproduce la suite de Coco Chanel, el bar Vendôme y el restaurante L’Espadon utilizando estos objetos valorados en €1 millón (Q9 millones 110 mil 380). “Da la impresión de que al salir al pasillo nos cruzaremos con Audrey
Hepburn o Cary Grant, y que al subir al Bar Hemingway brindaremos con el propio escritor”, aseguró Tajan.
Desde su inauguración en 1898, el establecimiento alojó a muchas personalidades, como el parisino Proust, quien escribió allí su obra maestra y más tarde, en su lecho de muerte, pidió a su chofer que le trajese una cerveza del bar del Ritz. Esa es una de las 19 estancias que pueden verse en Artcurial y para su recreación se usaron numerosas imitaciones de cuadros de artistas y sofás de cuero.
Versalles de la hostelería
El encargado de imaginar esta muestra fue el decorador Vincent Darré, quien expresó que este trabajo fue para él “como un sueño”, ya que considera que el Ritz es el “Versalles de la hostelería”. Además de organizar los muebles, dibujó los estampados que cubren todas las paredes, y en los que reinterpreta el pomposo estilo del hotel a golpe de acuarela.
“Me sentí más como un director de cine que como un decorador”, indicó Darré entre los muros rojos de la Suite Imperial, una habitación que según él tiene un gusto “muy de Napoleón”. Junto a esta estancia se encuentra un elegante cuarto de baño lleno de espejos y que cuenta con una bañera valorada en €2 mil (Q18 mil 220.76). Esa es una de las joyas de la colección, ya que este hotel fue el primero en ofrecer un lavado en cada recamara en 1889.
Para Tajan, el Ritz es “el símbolo de la elegancia” y aunque reconoció que el estilo de estos muebles ya no está de moda, cree que continúan gustando por ser atemporales. En 2012, el hotel cerró sus puertas por primera vez para hacer importantes reformas que duraron 4 años. Conocido por su glamur, el establecimiento también pasó a la historia como el último lugar en el que se hospedó Lady Di, quien murió en un accidente en 1997.