El olor a incienso y aserrín, marchas fúnebres de fondo, mezclado con el bullicio de la gente y el clima caluroso, son características de esta época de fe y devoción, que en nuestro país se celebra de manera especial. Pero más allá de eso, parte de nuestra cultura y tradiciones se ve reflejada en las diversas actividades que se realizan.
Según el historiador Fernando Urquizú, las tradiciones de Antigua Guatemala tienen un misticismo especial y una infraestructura única, con personalidad propia y temática colonial, que la convierten en un lugar mágico al momento de celebrar ciertas actividades.
Viacrucis del Silencio
Fue instituido en 1927 por el padre Gabriel Solares, como un ejercicio espiritual en pro de la beatificación del ahora Santo Hermano Pedro de San José de Betancur. Según explica Guillermo Bonifaz, quien lleva 32 años participando, y actualmente es jefe de filas del viacrucis, lo que lo hace diferente es su horario, pues se realiza a las 3 de la madrugada y que participan solamente hombres, y es característico el silencio con el cual debe hacerse el recorrido.
Está organizado por la Hermandad de la Consagrada Imagen de Jesús Nazareno del Perdón, del templo de San Francisco el Grande, la cual elabora el adorno del andarilla, guarda el orden de las filas, de los turnos y del rezo en cada estación; culmina con una misa en El Calvario, pues es la imagen del Nazareno de este templo la que acompaña el rezo.
Hoy en día participan aproximadamente 500 personas en esta actividad, pero en las décadas de los años 40 y 50 lo duplicaban. Participaban hasta mil personas, comenta Bonifaz.
Actualmente, las mujeres hacen un viacrucis con una dinámica diferente: se reúnen en el mismo horario en el Templo de San Francisco para la respectiva misa y salir en viacrucis penitencial a las 4 de la madrugada.
Velaciones
En una cédula informativa que se encuentra en el Museo de Semana Santa Sor Juana de Maldonado, ubicado en el barrio de La Concepción de la Ciudad Colonial, destaca: “las velaciones antigüeñas se han caracterizado por la forma en que se elaboran y la inspiración que plasma cada artista en el telón de velación. Antes, las velaciones no eran lo que son ahora, se ponía a la imagen en el altar mayor, con velas, y frente a ella, un huerto hecho de frutas y verduras que donaban los fieles”. Actualmente han evolucionado trabajando los telones, los cuales son hechos de papel craft y pinturas acrílicas, que plasman diferentes escenas bíblicas, combinándolas con cortinaje e imágenes de cartón o en bulto, para hacer llegar el mensaje de la alegoría que haya sido elegida por la hermandad o asociación.
Se complementan con el huerto, que se compone de una alfombra de aserrín, verduras, frutas, flores, pan, y recientemente se han ambientado con grabaciones que suenan cada cierto tiempo para darle un toque especial a la escenografía, y la iluminación, que ayuda a enfatizar no solo a la imagen a la cual se venera, si no a la escena completa que se observa cada viernes de Cuaresma antes de la procesión del domingo en los diferentes templos antigüeños.
Juan Carlos García, encargado del Museo desde 2013, explica que los documentos no indican fechas exactas, y que la información con la que cuentan son compendios o cédulas, las cuales son expuestas en ese recinto.
Telones
El arquitecto Josué Romero, originario de Jocotenango, Sacatepéquez, empezó a trabajar telones de velación en 2005, en la iglesia de la localidad, y gracias a ese trabajo ahora también ejecuta proyectos de velaciones y adornos procesionales para la Hermandad de San Felipe de Jesús.
Actualmente, ambas organizaciones utilizan la modalidad de hacer una convocatoria abierta al público para presentar proyectos que puedan ser utilizados en las respectivas velaciones, y el arquitecto Romero y su grupo de trabajo, llamado “Escuela Altar-era Jocoteca”, han ganado los últimos años, tanto en Jocotenango como en San Felipe.
Para trabajar un proyecto de telón de velación se necesitan de 1 a 2 meses. Los materiales que utilizan son bobinas de papel craft, cubetas de pintura, escobas y cepillos (en lugar de brochas y pinceles) y pegamento de cola. Y el grupo de trabajo es de 2 a 4 personas, incluidos artistas plásticos, como paisajistas.
Explica que el trabajo que realizan en Jocotenango es ad honórem, pues por ser de la localidad no se cobra, y la hermandad brinda los materiales a utilizar, pero que en otras iglesias sí lo hacen por el trabajo artístico, ya que, aparte de proponer la idea, su trabajo es montar los telones, colocar la imagen que se venerará para que la visión del proyecto sea completa, así como a los personajes que acompañan la escenografía; también indican dónde y cómo debe ser la iluminación que acompaña y la ubicación del huerto o alfombra.
Huertos y alfombras
El 28 de marzo, Édgar Adolfo Castillo cumple 20 de años de elaborar alfombras, una tradición que heredó de su madre. Explica que su formación fue empírica y de esta forma fue creando su propio estilo. Actualmente elabora la alfombra que se observa dentro de la iglesia, antes de que Jesús Sepultado de San Felipe haga su egreso el Viernes Santo.
Relata que varias iglesias lo contactan para trabajos de huertos en las velaciones; por ejemplo, para el altar de la Virgen de Dolores, así como la Velación Infantil de Jesús del Templo de La Merced, o para el Señor Sepultado de Jocotonango, entre otros.
Es un trabajo que continúa el legado familiar, ya que ahora sus 5 hijos y un nieto le ayudan a realizarlo. Muchas hermandades solicitan su apoyo con los materiales y el diseño que se utilizará, y logra financiar estos vendiendo moldes personalizados, pues 2 de sus hijos son dibujantes y 1 más se dedica a hacer los cortes de los moldes.
Para elaborar el diseño se basa en motivos bíblicos relacionados con la temática de la velación, y comenta que no hay un tiempo definido para un proyecto, ya que durante todo el año surgen ideas sobre figuras y colores que pueden utilizar en una próxima ocasión.
Manuel Estrada, presidente de la Hermandad de La Merced, explica que la fruta que se utiliza para complementar las alfombras y formar el huerto, se entrega a instituciones de beneficencia, como una forma de tradición.
Diversidad de actividades, colores y sabores podemos encontrar durante la Cuaresma de Antigua Guatemala, como la comida propia de la época o el famoso batido, cuya receta es celosamente cuidada por los lugareños; lo importante es conocer y vivir la diversidad cultural de nuestro país.