El Barcelona sigue intratable en La Liga Santander y afrontará el parón por los compromisos de las selecciones nacionales cómodamente instalado en el liderato, al derrotar ayer al Athletic Club (2-0) en una gran primera parte.
Sin Sergio Busquets, lesionado, ni Luis Suárez, sancionado, ni tampoco Andrés Iniesta, al que Valverde dejó en el banquillo, los azulgranas bordaron el futbol en el primer acto, alumbrados un partido más por el genio de Leo Messi.
Y eso que el Athletic saltó al Camp Nou lleno de buenas intenciones, a buscar al Barsa arriba y a intentar salir desde atrás con el balón jugado.
Pero fue precisamente esto lo que le condenó: mientras su rival superaba la presión con su futbol de toque, en el campo contrario el conjunto bilbaíno sufría para conservar la posesión. Las pérdidas de la zaga visitante le generaron al Barcelona un montón de ocasiones, aunque los azulgranas inexplicablemente solo lograron convertir dos de ellas.
El primer gol fue, a los ocho minutos, obra de Paco Alcácer, al rematar de primera un pase de la muerte de Jordi Alba, quien recibió de Messi en fuera de juego.
El segundo, un tiro desde la frontal del propio Messi, seco, raso y ajustado al palo izquierdo de Kepa, quien fue incapaz de parar el balón pese a su estirada. El rosarino celebró su tanto número 25 en Liga, el vigesimocuarto que le mete al Athletic en toda su carrera, marcándose un bailecito nada habitual en él.
El Atlético se agota
El Atlético de Madrid agota sus esperanzas de luchar por el título de Liga por su caída por 2-1 contra el Villarreal, en un partido que dejó escapar en los últimos 10 minutos, en los que un doblete del ariete turco Enes Ünal le dio la vuelta al marcador.
El Villarreal, que no encontró la forma de doblegar al Atlético con su juego, aprovechó 2 acciones a balón parado para infligir la tercera derrota de la temporada al equipo de Diego Simeone, que se queda a 11 puntos del Barcelona, mientras que los castellonenses ascienden a la quinta plaza.
Los albirrojos se habían puesto en ventaja, en el 19, con un penal cobrado por el francés Antoine Griezmann; sin embargo, pese a la solvencia no cejó en su empeño el Villarreal, que encontró el premio en una jugada táctica.