Olor a detergente, jabón de bola, cloro, raspaderos y guacales se acompañan a en los lavaderos cantonales, donde convergen historias, en las que se comenta las vidas, las penas y los sueños.
En el municipio de Guatemala encontramos lavaderos conocidos como cantonales, que datan de la época de la Reforma Liberal, y su tendencia a desaparecer es cada vez más fuerte.
La falta de agua potable en diversas viviendas hace necesario el uso de estos antiguos lavaderos públicos. De estos sobreviven Cervantes, El Perú y Santa Elena.
Debido al crecimiento urbano algunos han dejado de funcionar, tal es el caso del lavadero cantonal San José, en la Avenida de losÁrboles, de la capital.
Con arrugas en el rostro y la espalda casi quebrada, doña Cecilia Morales, de 80 años, originaria del Quiché, sonríe mientras prepara la ropa que va a lavar a estos tanques en los que se limpia la ropa y se cuentan historias.
Lavadero cantonal El Perú ubicado en el casco antiguo de la ciudad capital.
Ingreso principal del tanque municipal de Cervantes, uno de los más concurridos de la zona 1.
El lavadero Cantonal San José, ubicado en la avenida de los Árboles, actualmente en desuso.
Sebastián Guarcas apoya a su familia en el lavado de la ropa.
Gran cantidad de prendas son secadas al sol en el lavadero El Perú