Con 2 acciones de Saúl Ñíguez, primero un golazo desde 30 metros, y después un buen centro que originó el 2-0 de Diego Costa, y un tanto de Koke (3-0), acomodaron el pase a cuartos de final de la Liga
Europa del Atlético de Madrid, superior siempre al Lokomotiv de Moscú, al que derribó con pegada y una victoria práctica.
Aún queda el encuentro de vuelta, la próxima semana en Moscú, con la sensación, de lo visto en el Wanda Metropolitano, de que su nivel está muy por encima del líder de la Liga rusa, prácticamente inofensivo.
“Tenemos ganas de ganar un título, y todo empieza aquí”, decía Koke en la víspera. El Atlético, alejado de la Liga con la decepcionante derrota en el Camp Nou, apunta a la Liga Europa, la oportunidad de levantar un trofeo casi cuatro años después, en la que es favorito.
Lo sigue siendo después del encuentro de ida de los octavos de final frente al Lokomotiv, al que superó primero con el protagonismo incontestable de Saúl Ñíguez, quien destrozó en el minuto 22 el muro que había planteado el equipo ruso, fiado su partido a los 5 defensas, los 3 centrocampistas y al repliegue intensivo con el que aguardó al Atlético, una telaraña de la que no se desprendió hasta el zapatazo a la escuadra del volante central.
Un golazo a la primera ocasión, ya por el minuto 22, con lo que supone en una eliminatoria para el Atlético ponerse por encima en el marcador y, sobre todo, por lo que inquieta a un rival con tal planteamiento, decidido a defender, lo que hizo todo el duelo, y a contragolpear. Atacó poco y siempre sin éxito.
No cambió su estructura tampoco con el 1-0. No le parecía quizá al Lokomotiv un mal resultado para la vuelta en Rusia, inalterable en su fisonomía inicial, con el peso y el control del partido del Atlético, pero, a la vez, sin la precisión que exige un oponente cerrado, al que intentó abordar de mil maneras, aunque solo logró ocasiones claras por los errores del adversario.
Por ejemplo, el solitario remate del atacante galo dentro del área después de un centro perfecto de Saúl. La ágil respuesta de Guilherme evitó el 2-0 a la primera, pero allí estaba atento Diego Costa para aprovechar el rechazo al minuto 47, para acomodar la ventaja del Atlético, mucho más con el 3-0 de Koke, asistido por Juanfran, en los instantes finales del duelo.