El inventor danés Peter Madsen negó hoy haber torturado y matado, en agosto, a la periodista sueca Kim Wall en su submarino, y sostuvo que murió accidentalmente por asfixia, según indicó en el inicio del juicio de un macabro caso sin precedentes en Dinamarca.
Madsen, quien hasta hace unos meses era un héroe nacional por sus diseños de submarinos y proyectos espaciales, rechazó los cargos de homicidio y relación sexual sin coito, y solo admitió el de trato indecente del cadáver, por haber descuartizado el cuerpo, cuyos trozos aparecieron en el Báltico tras una larga búsqueda.
Cohete Madsen, como se le conoce en su país, dijo que Wall murió intoxicada por el monóxido de carbono emitido por el sumergible, en el que quedó atrapada al cerrarse la escotilla por accidente, mientras el inventor estaba en la cubierta de la embarcación.
Confuso, consciente del fin de su carrera y tras haber pensado en el suicidio, quiso deshacerse del cadáver arrastrándolo de una pieza hasta cubierta, pero al no poder, optó por trocearlo.
La fatalidad
Meses después de ser contactado, Madsen aceptó el 10 de agosto hacer ese mismo día la entrevista propuesta por Wall, que celebraba a pocos metros del taller del inventor una fiesta informal con su novio y amigos antes de mudarse a China.
“Estoy viva, por cierto. Ahora vamos a descender (al fondo del mar). Te quiero. (Madsen) ha traído café y galletas”, consta en el último mensaje de texto enviado por la reportera a su novio a bordo del submarino.