El hogar requiere, además de un techo seguro de la certeza de un terreno propio donde poder resguardarse de la naturaleza, del mundo y su violencia, para que sea el lugar donde descansar, pensar, compartir y quererse entre familia. Y si ese techo se conecta con el próximo es mucho mejor para lograr comunidades que busquen el desarrollo de vida en común.
Ayer, el Gobierno dio muestras de que le importa cumplir con uno de los derechos fundamentales para la vida: el derecho a una vivienda. El Presidente entregó títulos de propiedad a 123 familias de Carchá, Alta Verapaz, con el propósito de darles certeza jurídica de su patrimonio; mientras, el vicepresidente Jafeth Cabrera fue testigo de la presentación del Proyecto Triangular, un tipo de vivienda social sostenible.
La Declaración Universal de los Derechos Humanos en su artículo 25.1 dice: “Toda persona tiene derecho a un nivel de vida adecuado que le asegure, así como a su familia, la salud y el bienestar, y en especial la alimentación, el vestido, la vivienda, la asistencia médica y los servicios sociales necesarios…”
En la Constitución de la República también se habla del derecho al techo seguro, en el artículo 105: “El Estado, a través de las entidades específicas, apoyará la planificación y construcción de conjuntos habitacionales, estableciendo los adecuados sistemas de financiamiento que permitan atender los diferentes programas, para que los trabajadores puedan optar a viviendas adecuadas que llenen las condiciones de salubridad…”
Para enfrentar el déficit de vivienda, el gobierno central cuenta con el apoyo de la cooperación de Alemania y México, que han ayudado a formular planes que puedan desarrollar una estrategia nacional de construcción de vivienda.
La combinación de ambas cooperaciones de países amigos ha resultado en que Alemania aportará 700 mil euros (5.8 millones de quetzales) y México dará el conocimiento y la experiencia de sus expertos, para establecer el tipo de vivienda, según las distintas zonas climáticas y culturales.
De acuerdo con el Viceministerio de Vivienda, el país tiene un déficit habitacional de más o menos 1 millón 500 mil unidades, por lo cual apremia realizar este proyecto y comenzar a dar respuesta de techo propio a los guatemaltecos.
Por eso es importante dar propiedad y techo a quienes lo necesitan, pues es una manera de dignificar a la familia y contribuir al buen desarrollo comunal y del país. Con casa propia y segura, los guatemaltecos tienen condiciones mejores para la convivencia y el descanso, así como para el intercambio de experiencias, conocimientos y sentimientos.