Si la educación es de vital importancia para el desarrollo, no se diga cuando se aprende en el idioma materno. En este sentido, la buena noticia es que este año aumenta la impresión y entrega de libros para la formación bilingüe intercultural, con la cifra de 1 millón 200 mil. Esto lo ha confirmado el Ministeriode Educación (Mineduc), e informó que el año pasado la distribución fue de 700 mil.
Pero no solamente se aumentó el número de textos, también se ha fortalecido el área de aprendizaje con el incremento que el gobierno del presidente Jimmy Morales ha destinado a este rubro: 114 millones de quetzales.
Se compara con lo que la administración anterior aportó; es decir, 33 millones, o sea que prácticamente se ha triplicado.
Por ello no queda ninguna duda de que la educación bilingüe está siendo fortalecida en la actual gestión.
Respecto de los docentes, la cartera de Educación ha dado importantes pasos en la formación de competencias para los maestros, quienes desarrollan la enseñanza, especialmente los que imparten cátedra en los idiomas mayas, garífuna y xinca a unos 33 mil 500 estudiantes.
Los procesos de fortalecimiento para los maestros se pueden observar en la formación inicial docente en el nivel universitario; el Programa Académico de Desarrollo Profesional Docente, que tiene una especialidad en el campo de la instrucción bilingüe, y en la capacitación metodológica continua que reciben los profesores en servicio.
Por otro lado, con el respaldo de organizaciones educativas, los educadores van a trabajar con materiales que les explicarán a los alumnos de qué manera los idiomas mayas pueden ser desarrollados como una segunda opción.
Recordemos que la educación bilingüe en nuestro país se desarrolla desde los años 60, y fue pensada como una manera de que los niños indígenas tuvieran un enfoque alternativo para su aprendizaje. Al principio se ofreció para los estudiantes ixiles, y más adelante para los idiomas k’iche’, kaqchikel, q’ekchi’ y mam. En un inicio fue impartido por promotores educativos bilingües, quienes no tenían una formación docente, sino que eran ciudadanos con formación mínima de 6o. grado primaria.