Aún con el dolor de haber perdido a su máximo artillero, Paolo Guerrero, la escuadra de Perú estructuró una nueva misilera y emprendió la madrugada de ayer el navío a Nueva Zelanda, para pelear en la repesca un cupo a Rusia 2018.
Guerrero, capitán y símbolo del combinado inca, fue suspendido 30 días por la FIFA, luego de que el examen antidopaje al que fue sometido después del duelo con Argentina arrojó un “resultado analítico adverso”. El Depredador quedó fuera de los partidos de repechaje frente a los kiwis, mientras prepara su defensa y descargos para evitar una sanción mayor.
“¿Qué puedo decir? Solo desearle la mejor de las suertes a mis compañeros, y esperamos clasificar, que es el objetivo de todo esto”, dijo Guerrero, quien llegó a Lima para asumir su defensa. “Hay que hacer fuerza para que ganemos el día 11”, agregó.
En Perú, desde la madre de Guerrero hasta el hincha más sencillo han sentido el dolor de la ausencia. Sin embargo, el respaldo a la Selección es unánime.
“Todos somos guerreros y vamos a ganar. Yo sé que Perú va a vencer, y estoy aquí para desearles todo lo mejor. Suerte. ¡Victoria, victoria!”, dijo el presidente Pedro Pablo Kuczynski, quien fue a despedir a la Selección. Lima, AFP