La Asamblea General de la ONU adoptó ayer, por 26 año consecutivo, una resolución que pide el fin del embargo impuesto hace medio siglo por Estados Unidos contra Cuba, en una moción en que Washington votó en contra, acompañado únicamente por Israel.
En la jornada de ayer, con los 193 países que participan en la Asamblea, 191 se expresaron inequívocamente contra el “embargo económico, comercial y financiero” de Washington a la isla antillana.
La votación
La delegación estadounidense, que el año pasado se había abstenido de votar, volvió a hacerlo en contra, después que la embajadora de EE. UU. en la ONU, Nikki Haley, afirmó que la sesión de votación no pasaba de un “teatro político”. Al hablar ante el cuerpo de diplomáticos antes de la elección, Haley dijo que Washington estaba dispuesto a seguir apoyando su política hacia Cuba, “aunque nos quedemos solos”. “Cada año, la Asamblea General de la ONU pierde su tiempo examinando esta cuestión”, sostuvo Haley, afirmando que la organización no tiene ninguna facultad para hacer que Washington modifique una política que está codificada en la Ley.
Haley adelantó que Estados Unidos mantendrá el embargo a la isla “mientras el pueblo cubano siga siendo privado de sus derechos”.
“El bloqueo a Cuba está codificado en la Ley estadounidense y solo el Congreso puede finalizarlo”, dijo.
Por su parte, el canciller cubano, Bruno Rodríguez, ocupó la tribuna de la ONU para expresar su “más enérgica condena a las declaraciones irrespetuosas, ofensivas e injerencistas” de Haley.
Rodríguez dijo que solo en el último año el impacto económico del embargo a Cuba fue estimado en US $4.305 millones, el doble de la inversión extranjera directa.