El Gobierno español de Mariano Rajoy tendió un puente al presidente independentista catalán Carles Puigdemont, al sugerir que renunciará a suspender la autonomía si convoca a elecciones.
“La única vía que tiene el señor Puigdemont es restaurar la legalidad vigente y, desde el punto de vista político, adelantar las elecciones”, dijo el líder del primer partido de la oposición, el socialista Pedro Sánchez.
Cuando le preguntaron si la convocatoria de elecciones acabaría con la posibilidad de ejecutar el artículo 155 de la Carta Magna, Sánchez respondió: “Sin duda”.
Hoy, a las 02:00, venció el plazo para que se aclare a Madrid si declaró o no la independencia en una confusa sesión en el Parlamento catalán. En el primer plazo, que concluyó el lunes, Puigdemont se limitó a ofrecer diálogo.
La vicepresidenta del Gobierno español, Soraya Saénz de Santamaría, le lanzó un aviso: si no se da respuesta al requerimiento del Gobierno español, “hará que el señor Puigdemont provoque la aplicación del artículo 155” de la Constitución.
La amenaza se produjo en un clima más tenso aún por el encarcelamiento, a la espera de un eventual juicio por sedición, de dos líderes independentistas, Jordi Cuixart y Jordi Sánchez, que pasaron su segunda noche en la cárcel, una decisión judicial que fue contestada con movilizaciones en toda Cataluña el martes.