Ayer, en el marco del Día Mundial de la Alimentación, las dependencias del Organismo Ejecutivo presentaron un recuento de las acciones que contribuyen de manera efectiva a mejorar la seguridad alimentaria y nutricional en el país.
Entrega de raciones alimentarias en cantidades nunca antes logradas, rehabilitación de sistemas de riego, capacitación a familias campesinas, instalación de huertos familiares y escolares, así como centros de aprendizaje agrícola, fueron algunas de las actividades mencionadas con las que Guatemala busca erradicar el hambre.
Según las autoridades, no se había llevado a cabo una entrega de alimentos de tanto alcance por parte del Gobierno. A la fecha, de acuerdo con los datos presentados, 226 mil 70 bolsas con nutrientes han sido entregadas, con las cuales una familia de 6 integrantes puede comer dignamente durante 1 mes.
Asimismo, con el lema “Mayor producción, mejor alimentación”, expresado por el titular del Ministerio de Agricultura, Ganadería y Alimentación, Mario Méndez, la cartera ha recuperado regadíos que fecundan 5 mil 562 hectáreas, en beneficio directo de 4 mil 11 personas, e indirecto para 28 mil 77.
Y en cuanto a las unidades de producción, se sabe que funcionan 6 mil 747 huertos familiares y 116 en establecimientos educativos.
La creación de alimentos, así como la instrucción necesaria para planificarla y aprovecharla más en estos recintos y en 139 mil 500 hogares, ha sido respaldada por mil 500 extensionistas, quienes también asesoran en los Centros de Aprendizaje para el Desarrollo Rural, que en la actualidad suman 6 mil 500.
Todas estas labores responden a la necesidad estatal de superar las condiciones de vida de la población; y entre estas, una determinante es la calidad de su alimentación. La administración del presidente Jimmy Morales asumió el compromiso en su Plan de Gobierno, y de esa cuenta ha dado seguimiento a la Política Nacional de Seguridad Alimentaria y Nutricional, a la estrategia que se deriva de esta, y ha creado los planes que armonizan eficientemente las intervenciones de entidades públicas y de países y organizaciones cooperantes.
Gracias a ello, Guatemala ha enfrentado en mejores condiciones y con mejores resultados el hambre estacional, y continúa la disminución de la desnutrición crónica y aguda, con aportes oportunos en el corto plazo.