En Quetzaltenango, personal del Instituto Nacional de Bosques (Inab) promueve en pobladores y productores de pinabete, el cuidado, plantación y reproducción de esa especie, que tiene mayor demanda por el Día de Todos los Santos y la época navideña.
Guatemala se ha comprometido con el cuidado de ese árbol y ha ratificado la Convención Internacional para el Tráfico de Especies Amenazadas. “Nuestras acciones van encaminadas a reproducir esa conífera y a que los productores puedan cubrir la demanda sin perjudicar el bosque natural”, resaltó Mynor Pérez, director de la región 6 del Inab.
Inconveniente
Rony Albanes, encargado del pinabete del Inab, mencionó que la mayor parte de plantaciones de esa especie están fuera de las áreas protegidas.
Por esa razón se mantiene una asistencia técnica en su manejo, para que en estos meses se inicie la gestión para la compra de marchamos para las personas que los requieran y así vender ramillas, árboles o subproductos autorizados.
En ese sentido, la institución ha solicitado una producción de no menos de 18 mil marchamos, uno para colocar en coronas realizadas con pinabete y otros para los árboles, tomando en consideración la demanda que se produce, señaló Albanes.
El pinabete es una especie protegida que está en peligro de extinción. Desde 1979 fue incluida en el Apéndice de la Convención Internacional para el Tráfico de Especies Amenazadas, donde se consideró que el corte de la ramilla para fabricar árboles decorativos navideños es una de las causas principales que contribuyen a la pérdida de esa planta.
Un estudio efectuado por el Consejo Nacional de Áreas Protegidas, en 2008, reportó que de esa vegetación existían 94 sitios, distribuidos en San Marcos, Quetzaltenango, Huehuetenango, Totonicapán, Sololá, Chimaltenango, Jalapa, Chiquimula y Zacapa.