Autoridades hondureñas reubicaron ayer en otras zonas del país a 668 reos de la cárcel de San Pedro Sula, donde en 2004 murieron en un incendio 107 miembros de la pandilla Barrio 18, antes del cierre de esa prisión, que se tiene previsto para
octubre.
Los privados de libertad fueron transportados en un despliegue, en el cual participaron contingentes militares y policiales, desde la segunda ciudad del país, situada 180 kilómetros al norte de la capital, dijo el portavoz de la Policía, Daniel Merino.
El Instituto Nacional Penitenciario (INP) indicó en un comunicado, sin detallar la cifra, que el traslado fue para seguir con el descongestionamiento del Centro Penal Sampedrano, que será clausurado porque sus instalaciones no cumplen con las normas para una correcta encarcelación.
Antecedente
El 15 de marzo fueron trasladados de ese recinto los primeros presos, la mayoría integrantes de las temidas pandillas Barrio 18 y Mara Salvatrucha (MS-13), a una cárcel de máxima seguridad conocida como El Pozo I en Ilama, departamento de Santa Bárbara, a 200 kilómetros al noroeste de la capital.
El Centro Penal Sampedrano fue construido hace no menos de 60 años, con capacidad para 800 presos, pero llegó a albergar a 2 mil. La prisión, que queda en una parte céntrica de la ciudad, fue escenario de frecuentes incidentes. El 17 de mayo de 2004 murieron en un incendio 107 reos de
Barrio 18. De acuerdo con el reporte final, ese siniestro fue atribuido a una falla en el sistema eléctrico, aunque algunos sobrevivientes acusaron a los guardias de seguridad de haberles disparado.
La mayor tragedia
El peor suceso acaecido en los centros de detención ocurrió el 15 de febrero de 2012, cuando murieron 362 personas en otro siniestro que se produjo en la cárcel de Comayagua, 50 kilómetros al norte de la capital.
El Gobierno construyó desde 2014 tres recintos y habilitó espacios en sedes militares y policiales para descongestionar las 24 cárceles del país, consideradas academias del crimen y bombas tiempo.
